Saura acomete una profunda remodelación de la cúpula de Correos para reflotar a la empresa pública | Empresas

Correos ha acometido una profunda reorganización de su cúpula pocas semanas después de la llegada de Pedro Saura a la presidencia. El consejo de administración ha aprobado esta tarde una batería de nombramientos, entre los que destacan los de tres directivas que se situarán al frente de áreas consideradas clave para reflotar a la sociedad postal, según el comunicado oficial que ha compartido la compañía, que arrastra cuatro ejercicios consecutivos en pérdidas.

La dirección comercial será asumida por Yolanda Orcajada, que se incorporó a Correos en el año 2000 y cuyo último puesto era el de jefa del Área del Desarrollo de Productos y Análisis de Ofertas. Al frente de operaciones estará Olga García, que lleva trabajando en la empresa desde 1999 y actualmente era responsable del Área de Planificación, Proyectos y Tramitación de Tecnología y Seguridad. Además, Isabel Alcantarilla, perteneciente al Cuerpo de Gestión y Tecnologías de Sistemas e Informática del Estado, será responsable de Tecnología y Transformación Digital.

La empresa considera esenciales estas tres direcciones para adaptarse a la transformación que se está produciendo en los mercados de servicio postal y de paquetería, y que, según las mismas fuentes, requieren una reorientación de las líneas estratégicas de gestión. Pero también se van a acometer más cambios: la dirección financiera será ocupada por Javier Monzó, director de Auditoría y Control de Correos desde 2017. Mientras, Rafael Domínguez, que trabaja en el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible desde 2002, dirigirá los servicios jurídicos. La dirección de Estrategia, Sostenibilidad y Marca será dirigida por José Miguel Moreno, que ocupaba un puesto similar en Paradores, entidad que hasta diciembre pasado presidía Saura. Por otra parte, la secretaría general y del consejo de la sociedad postal, cuyo responsable es Francisco Ferrer, pasará a llamarse Secretaría General y Políticas Públicas.

Trabajador de Correos Express cargando una furgoneta antes de salir a repartir en una nave del polígono industrial de Mahón (Menorca).David Arquimbau Sintes (EFE)

El cambio de organigrama llega semanas después del nombramiento de Saura, que ocupa la presidencia desde finales de diciembre en sustitución de Juan Manuel Serrano, exjefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Antes, Saura ocupaba la presidencia de Paradores, la entidad pública que gestiona los alojamientos ubicados en algunos edificios del patrimonio histórico del país.

Saura ha pasado de dirigir una empresa saneada y con beneficios a otra que lleva una década en números rojos, con la excepción de 2019. Una de las primeras medidas del nuevo presidente ha sido retomar el contacto con los sindicatos tras cinco años en los que el diálogo social ha sido casi inexistente. CC OO y UGT acusaron al anterior responsable de Correos de realizar “la peor gestión de la historia” del ente público y agrandar sus pérdidas.

La situación económica de la sociedad postal —la mayor empresa pública de España con casi 50.000 trabajadores— es muy complicada. En las últimas cuentas publicadas oficialmente, las correspondientes a 2022, las pérdidas ascendían a 217,2 millones de euros, el doble que el ejercicio anterior. La cifra de negocios cayó un 5,7%, hasta 1.962 millones, con descensos en su división postal y el estancamiento de la paquetería exprés. Según algunas estimaciones no confirmadas por Correos, los números rojos rondaron los 125 millones, la mitad de lo previsto inicialmente. La última vez que Correos presentó beneficios fue en 2019, cuando ganó 14,8 millones de euros, que supusieron, a su vez, su primer año en positivo desde 2014. Pese a las pérdidas, el anterior presidente de Correos percibió un salario de 208.513 euros en 2022 por todos los conceptos, un 2,3% más que en 2021.

El grupo Correos, integrado por la matriz y las filiales Correos Express, Correos Nexea y Correos Telecom, disputa a un número creciente de competidores un negocio que alcanzó 7.746,6 millones de ingresos el año pasado, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). De ese pastel, Correos tiene una cuarta parte. La empresa busca incrementar el negocio logístico y de paquetería, para compensar el declive del negocio postal tradicional, pero los sindicatos aseguran que en los últimos años la situación ha empeorado mucho más que en el caso de otros operadores europeos, con el alemán y el francés.

Al presentar sus resultados de 2022, Correos justificó la mala evolución por “la situación mundial actual junto a la tendencia continuada de caída del postal, que impacta en nuestra actividad, al igual que está ocurriendo en el resto de operadores postales, logísticos y plataformas digitales, no solo en España sino a nivel internacional”. La compañía destacó el impacto en sus resultados de los costes energéticos, el alza de los tipos de interés y la incertidumbre por el entorno geopolítico internacional desfavorable derivado de la guerra de Ucrania. Los sindicatos respondieron que la gestión “nefasta” de Serrano fue la principal razón.

Trabajadores en la central de distribución de Correos clasifican las cartas en el Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) en un polígono de Vallecas (Madrid).KIKE PARA

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By Ervin J. Oakes

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